por León de Dios   Braulio aquélla mañana se sintió adolorido, con muchos esfuerzos pudo levantarse de su cama para darse cuenta, después de todo, de que su sospecha era cierta: se había vuelto hermoso. Se miró en el desvencijado espejo del ropero y desconoció al hombre que veía; unos cabellos dorados nacientes que de …