por Mauricio Amparán Díaz Si tuviera que elegir entre los chilaquiles crujientes o blandos, yo elegiría los crujientes sin vacilar, aunque confieso que me he llevado mis decepciones. Para mí, unos chilaquiles remojados que pierden la consistencia y se tornan apelmazados no se disfrutan igual, pero extrañamente también tienen sus fugaces brillos, dependiendo el lugar. …