Pienso que Dios, artesano, no fue gratuito al poner las montañas en el paisaje. Nos dio una forma para acercarnos a él, para picarle la nariz. Si escalamos la cima, nuestros ojos son los ojos con los que Él nos devora. Una vez, recuerdo, fui Dios. Llenamos la cantimplora de agua y las mochilas de …