por Eduardo Ruíz y Schava Flores
—¿Sientes los pasos? Han de ser las acatangas.
—¿Cómo saberlo?
—Por cómo arrastran mierda sobre nosotros.
—Abandónalos por nuestra paz.
—¿Qué?
—Los pensamientos de quién anda por encima de nosotros.
—¿Quién no?
—¿Desenterrémonos entonces?
—Nada hay arriba para nosotros.
—La cárcel seguramente.
—Bien ganada la tenemos.
—Nadie es quién para decírnoslo.
—Suficiente teníamos con la condena de nuestras almas.
—¿Le extrañan?
—Diario. Deben andar de putas, acostumbrábamos dar el alma por cualquier limosna. Pero qué se le va a hacer.
—Pobres almas atormentadas.
—Mejor estamos sin ellas, sin sus reproches, sin sus amarguras o sus frigideces.
—Extraño más las orgías y las comilonas.
—Eso de comer está muy sobrevalorado.
—Como la carne.
—O el alma.
—Tosí una, dos veces tal vez, y se fue montando el último suspiro.
—Tan puta ella.
—Ojala no vuelva.
—No me reconocería. Aquí no ponen cruces.
—No, en la fosa común no ponen cruces.
—En la tumba de dios están las gavetas de todos nosotros.
—Ni cruz, ni esquela, ni obituario.
—Ya no recuerdo la fecha, sólo recuerdo que ese día estaban satanás y unas amigas.
—Nadie recuerda la fecha de su muerte, pareciera que el tiempo abandona los calendarios cuando morimos.
—Lealtad pura, eso es lealtad.
—La misma que tendría el fisco si supiera que estamos aquí, en el mismo sitio, usando el subsuelo.
—Y sabiendo que van para el mismo lugar.
—Que venimos del mismo.
—El Darién y la Antioquia son el mismo sitio.
—La Antioquia tropical.
—Por ignorancia se les cree pueblos distintos, por sus costumbres, su sangre. Y sus niveles de miseria.
—Miseria o miseria extrema.
—Como la nuestra aquí abajo.
—Como la suya allá arriba.
—Nada hay que valga la pena, ni arriba, ni abajo.
—Qué pena que nada vale.
—No agonizar, o agonizar muy poco, eso sí vale, y vale de más.
—Una muerte natural, cerrar los ojos y convertirse en carroña.
—Para no confundir a los buitres.
—Es la ventaja de morir ahogado, una de las ventajas es que no hay confusión.
—Aunque se sufre, se sufre ahogado.
—Una de las desventajas.
—Evitar las pirañas es otra, bueno la mordida.
—No hay por qué evitarlas a menos que suelten la mordida, pero si no la sueltan nadar con pirañas no tiene nada de malo.
—Tampoco de bueno.
—Me dan ganas de asomarme, escucho más ruido
—Ya te dije que dejes eso, es de mal gusto, ¿te gustaría que vinieran a echar un vistazo aquí abajo?
—No me importa, solo quiero saber si son las acatangas.
Ilustración de Harry Clarke.