por Yadira Oceguera   No paró de llover aquella noche. ¿Recuerdas? Entre la fuerte lluvia, los vidrios empañados y la oscuridad, parecías conducir a ciegas por una ciudad nada amable: baches, poca iluminación, falta de señalización. Ante el río en que se convirtió la avenida principal, decidiste buscar la manera de estacionarte, no sin esfuerzo, …