La torre
por Andrés Rubio Krohne Vox clamantis in deserto… No sé cuándo ocurrió el cambio, y nunca lo sabré. Si tuviera, empero, que apostar por un momento, señalaría un punto de la noche anterior en que me desperté dentro de la infranqueable oscuridad. Sentí un cuerpo junto al mío —supuse, con justificable ingenuidad, que era …
El pueblo entre montañas
por Héctor de Alba Como si el tiempo no pasara en aquella tierra montañosa de puntas verduscas, o si no importara la constante traslación solar allá en lo alto, un viejo agita su chancla a la par que sus latidos irrigan sangre por todo su cuerpo. El vejete está echado al pie de un …
De hipnos y tánatos
por Mauricio Ochoa Camino junto a ellos, guiado por una voz que comanda a todas las otras; no hay mucho que pueda hacer con el cansancio a cuestas, las manos atadas y los ojos vendados. La voz me dice que no hable, que no pregunte, y que me detenga en medio del ruido de …
El maizal de agujas
por José Luis Antonio Gómez Haro En las colinas de lana amarillenta, al borde de la ciudad de papel, entre gritos y ladridos estruendosos, se encontraba el maizal de agujas tan afiladas que cualquier movimiento en falso podría causar un corte estrepitoso. Do y Re huían de los intrépidos sabuesos de cartón dirigidos por …
El muerto
por Alan Armas de la Rosa De las dos muertes que tuvo el señor Rangel, la primera fue la más curiosa; sucedió en un accidente, porque la segunda, según recuerdo, tuvo que ver con algo enteramente distinto. Yo le conseguí el trabajo con el que ahorró para comprarse el coche en el que se …
Gatigre
por Felipo Zaná Quién lo hubiera creído; a pesar de su miopía, Cristina fue la primera en notarlo. Sin embargo, ahora de nada sirve pensar en ello. Ninguno de nosotros hubiera tenido el valor para matarlo, ni siquiera Jorge que gustaba tanto de derribar pajaritos con su cauchera o Dalia que cazaba ratones con …
Disolución
por Darío Espejo Te vio sentada al borde del camino, con los codos apoyados en las piernas y la mirada perdida. Repleta del polvo seco de una mañana llena de calor y vacía de humedad. Me dijo que tu piel lucía escamosa y que tus labios estaban llenos de pellejos resecos que se te …
Madera
por Héctor Ortiz Hagan lo que hagan, trabajen de buena gana, como para el Señor y no como para nadie en este mundo, conscientes de que el Señor los recompensará con la herencia. Colosenses 3:23,24 —¡No, no, no! ¡Así no se ponen los clavos! ¡Estás arruinando la madera! Desesperado, empuja a su aprendiz Abraham, …