por J. M. Vacah   Llovía tanto y tan recio que el pueblo parecía arder. El agua caía brutalmente destrozando el techo de los establos, goterones torrenciales que perforaban las láminas viejas como brasas calientes. Pero el agua en lugar de caer en la tierra y morir trepaba enloquecida sobre los muros, los árboles, los …

por Ivette Pradel   No hay palabra más triste que la de yaya. Me veía desde el panteón de mirada en el que se habían convertido sus ojos. Las sombras de un secreto que no podía recordar la perseguían los últimos meses. Mi viejita balbuceaba desesperada para decirme que no la dejara sola. Yo no …

por Milford Franklyn Peynado   Vine a Santa Rosalía porque me dijeron que mi abuela empezó a perder la memoria. Fue mi madre quien me lo dijo. Recuerdo lo serena que sonaba su voz en el teléfono cuando me llamó, un monótono híbrido de la invitación y el regaño: “me gustaría que vinieras a verla …

por Joel Eduardo Manzano Rivera   Mataron a Don Regaciano. Justo atrás de la iglesia frente a psicología. Ya ves cómo siempre sí era peligroso el camino tras la colina, y además ni te ahorras tramo que recorrer, ni para atajo sirve y sólo terminas manchado de lodo o de tierra o de ambas. Ningún …

por Rafael Ochoa   Se lo digo, señor, que por mi impura madrecita aquello no era de esta tierra. Me acuerdo como si hubiera sido mi niña enferma. Me acuerdo perfecto cuando Fitipo me contó su historia, ¡su letanía! Me cae: un día caminaba por Tacuba y escuchó aquella voz que lo invitaba a irse …

por Elías Levi Toledo “Mira a ver si ya ves algo. O si oyes algo. Tú que puedes hacerlo desde allá arriba, porque yo me siento sordo.” —Juan Rulfo, ‘No oyes ladrar los perros’   I —Ya viene la lluvia, vas a ver lo que te digo. —No, apá. Aquí ya no llueve. Habían pasado …

por Eduardo Ruíz y Schava Flores   —¿Sientes los pasos? Han de ser las acatangas. —¿Cómo saberlo? —Por cómo arrastran mierda sobre nosotros. —Abandónalos por nuestra paz. —¿Qué? —Los pensamientos de quién anda por encima de nosotros. —¿Quién no? —¿Desenterrémonos entonces? —Nada hay arriba para nosotros. —La cárcel seguramente. —Bien ganada la tenemos. —Nadie es …

La Marabunta cierra su anárquica quinta edición, para la cual recibió una cantidad récord de colaboraciones, con esta compilación de algunas entradas que no cupieron del todo en la publicación normal —sobre todo por razones de tiempo—, pero que sí alcanzaron un lugar en nuestros arrugados corazones de hormiga. Muchas gracias por participar en este …

Por Esteban Vargas   La primera regla para revivir a los muertos: No lo haga. Pero si está dispuesto a revivir a Julio Cortázar, hay excepciones. ¿Por qué no reviviría al argentino?  El hombre escribió un sinfín de tomos esenciales y si deseamos conocer cómo sumergió sus manos en lodo y de las entrañas del …

Por Elías Levi Toledo   Despertó un día con la absoluta certeza de que el problema se encontraba en su piel. La piel: incómoda caja elástica y caprichosa con complejos de prisión. Es inteligente, ¿por qué negarlo?, y como todo buen mal, se encarga de estar llena de adornos (lunares, pecas, incluso cicatrices) para parecer …