Bienvenida
En el riñón más negro de la ciudad
bebo una cerveza y escucho a Mingus.
En esta orilla del mundo
todo parece perdido en la ternura.
Escucha la música, cómo salta,
lamiendo la piel de las jóvenes negras.
En el riñón más negro de la noche
hay alegres motivos para vivir,
alegres motivos para bailar
con el humo de las cuatro cuerdas.
Hoy es el cumpleaños del mundo,
y nadie se ha dado cuenta.
Escucha la música, cómo salta,
lamiendo la piel de las jóvenes negras.
Todo es música en el secreto de la ciudad:
ceremonias, sacrificios, corazón.
Todo nace de esta sangre:
el deseo y la violencia, la piedad y la locura.
El pelo de las diosas negras,
azul a la luz del alcohol,
cae sobre sus grandes tetas
—mi sed podría saciarse en esos manantiales.
Puedo escribir que amo esta edad enferma,
en la que estoy contento y todo nace.
*
Enamorado de tu cabello
por el aire o por la luna
hubiera querido tener tus ojos
(verlos brillar
como las plumas del cuervo),
tomar contigo
en una cantina
y en la madrugada
volver caminando
por las vías del tren.
*
Como enemigos
que han hecho una tregua
nos acercamos
entre más cerca
más difícil arrepentirse
más ganas de huir
sin voltear sin conceder
nos acechamos
nos encimamos nos mordemos
el primero que sangre el primero en dolerse
tiene o pierde ventaja
y aunque quiero darme la vuelta
salir
no te doy la espalda
ni dejo que pases sobre mí
me defiendo
y al defenderme me entrego
me abandono
me pierdo
me quedo.
De Mingus (Voz Lírica, 2024)