Por Francisco Aguilar Rosas
¡Ahí vienen! Todos,
rápido,
escondan sus posmodernidades.
¡Pum! Se oye un
golpe tras
la puerta.
¡ABRAN! ¡ABRAN YA,
O LES TIRAMOS LA PINCHE PUERTA,
HIJOS DE LA CHINGADA!
Por la ventana se ven
tres patrullas
de la Policía del Arte.
¡Pum! Otro golpe.
Tumban la
pinche puerta:
lo prometido es deuda.
A VER, A
VER,
¿QUÉ TENEMOS
AQUÍ?
ESTO NO ES PINTURA,
SON PUROS
RAYONES,
MI SOBRINITO PUDO HACER
ESTA PORQUERÍA
Y VA EN EL KIN
DER,
DÉJAME TE DIGO.
¿CÓMO QUE POESÍA?
SI NI ES ESPAÑOL.
QUÉ ME CAE QUE
NI SI QUIERA SON
PALABRAS.
NO ME SALGAS CON
QUE MAR EN TURCO.
¿Y ESTE RUIDO?
¿MÚSICA?
PARECE QUE SE
ESTÁN COGIENDO
A UN GATO.
¿QUÉ?
¿SÍ SE LO ESTÁN
COGIENDO?
¿POR QUÉ
YA NADA
ES
BELLO?
¿POR QUÉ YA NO
EVOCA NADA
A MI
INFANCIA TEMPRANA,
A MI MADRE,
A LA MORRITA QUE
ME QUERÍA COGER
Y ACABÓ COGIÉNDOME
EN SU CASA?
EL ARTE SE
ESTÁ
MURIENDO,
Y LO ESTÁN MATANDO
USTEDES,
DESGRACIADOS SIN
TALENTO.
Una lágrima
le cruza
el ca
chete
izquierdo.
Él va a salvarlo,
se dice,
el arte,
con su dedo
inquisidor
y su autoridad
artística
autoproclamada;
a salvarlo
de estos
malnacidos
retardados
artistas “pos
modernos”,
de estos chairos,
de estos
gérmenes
virales
que no son Bach,
ni Shakespeare,
ni Da Vinci, y
(peor tantito)
ni pretenden serlo.
Sobre el autor. Francisco Aguilar Rosas (Colima, 1992). Estudiante de la Licenciatura en Relaciones Internacionales en el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO, Universidad Jesuita de Guadalajara). Coordinador de Logística del Proyecto Cultural Dime Poesía. Ha colaborado en Revista Replicante, en el compendio de micro-relatos De Pollos, Romeros y Amapolas de Editorial Pollo Blanco, Café Rosemary y Amapola Cultura, y es autor del Blog Deus Est Machina.