por Miguel Ángel Real
Apretar el gatillo sería lo correcto.
Y dejar para siempre de agachar la cabeza.
—Alberto Tesán, Piedras en el agua.
I
Salvaje.
Hubiera sido decirles lo seco que tenían el sexo
a los dos beatas del séptimo que, delante del cadáver de mi padre,
me alababan la justicia de su cristo de yeso
y la vida regalada que le esperaba
en un cielo de cartones y tapices y angelotes
por haber sido tan bueno y tan cristiano y
-se arreglaban la chaquetita de lana,
se sacaban el escapulario torpemente-
haber pensado tanto en los otros.
Salvaje
deshacerles el lazo permanente de sus brazos
(juntas en la paz del señor para todo)
porque qué sabían ellas si sólo se cruzaban con nosotros
en el ascensor, si incluso a veces
dejaban de hablarnos para murmurar rosarios
y terminar todas las frases con una rima en dios desajustada.
Salvaje hubiera sido
hacerles un retrato de su rictus cuadrado
cuando miraban con ese desdén de malas comediantes
las rodillas de las chicas
susurrando barnizes rancios
de viejos tiempos y manga hasta la muñeca
porque aquellas escandalosas no venían a la iglesia como antes.
Pero qué bueno es el silencio a veces
el respeto educado que no es más que tragarse lombrices
la convivencia armoniosa y el perdónales
porque no sabes lo que haces.
Qué salvaje es ser salvaje
eso no se dice eso no se hace
II
Salvaje
sería por fin desangrar este poema hasta la parálisis
esterilizarlo
y llenarse de barro las botas
cortarse los dedos con alambradas auténticas
dejarse de paraguas
sentir la humedad de la lana en la piel un día de lluvia
y socorrer emigrantes como es debido
con tu propio cansancio
con tu propia miseria mirándote bien a los ojos
con olores y costras y muertes y ausencias
en vez de dibujar pulgares en el teléfono
y ser digno de las antologías de poesía comprometida y hueca.
Meter las manos en las llagas
hacer y no decir.
Pero qué bueno es ser civilizado
echarle más cemento a nuestras convicciones de dandy
publicar indignación y deleitarse delante de unas aceitunas
-si las tienen sin hueso y con anchoas, si no nada –
compartir tribunas de papel
y púlpitos demasiado estrechos para nuestras panzas.
Qué salvaje es ser salvaje
eso no se dice eso no se hace
III
Salvaje
pero qué incómoda es la selva
qué confortable el esfuerzo de los sillones de lágrimas
qué ásperas las lianas y los pasos descalzos hacia el frente.
Qué fácil es la tinta
y qué rudeza la del gesto
salvaje por tan simple.
Qué agradablemente te doblegas debajo de la ducha
pensando en metáforas de hormigas
rebuscando después en tu diccionario
de figuras de estilo
el mejor modo de hacer brillar tu propio bronce;
cómo sientes
de antemano
el clavo mordiéndote los nervios en la espalda
si te atreves acaso a figurarte
poniendo tu piel en el mundo concreto.
Así que mejor
dejarnos de salvajadas
por favor, qué incorrecto
qué carmín tan desfasado
qué mocasines tan tristes si se mojan
encended el decoro
y las buenas maneras
y las mordazas blanquísimas
de la talla 38 por favor si no le quedan no me las llevo
porque yo
no soy salvaje.
Qué salvaje es ser salvaje
eso no se dice eso no se hace
Miguel Ángel Real nació en Valladolid, España, en 1965. Licenciado en Filología Francesa. Reside en Francia desde 1991, donde trabaja como catedrático de español en el Lycée de Cornouaille de Quimper (Bretaña). Algunos de sus poemas en español han sido publicados en las revistas españolas La Galla Ciencia (número 8) y Fábula (n° 40 y 41), así como en en Letralia (Venezuela), El Humo, Marabunta y La Piraña (México). Asimismo, aparece en la antología de poesía breve Gotas y Hachazos de Ed. Páramo (Valladolid, diciembre 2017). También escribe a veces en francés (Le Capital des Mots, Revista FPM…). Aparte de en algunas de las revistas citadas, hA escrito diversas reseñas en, por ejemplo, El Coloquio de los Perros. Traductor de poesía contemporánea en francés y español, hA publicado (solo o en colaboración) algunos trabajos (Luis Alberto de Cuenca, Ramiro Oviedo, Raúl Quinto, José María Alvarez, Eric Dubois, etc.) en diversas revistas en Francia y en España (Passage d’encres, Le Capital des Mots, La Galla Ciencia…). Dirige una sección de traducción en la revista mexicana La Piraña. Junto con Marceau Vasseur, ha publicado como traductor « Fauves », del poeta ecuatoriano Ramiro Oviedo (Ed. Corps Puce, 2017).
Ilustración de Julián García.