por Andrés R. Soto Valencia
Un mediodía de alto verano
que ha durado un millón de años
Un latido
El alba púrpura
de un mundo que palpita
Un murmullo
La arena verde en un desierto estéril
y tetraedros de sal
El silencio perpetuo
de un mundo sin viento
a quinientos sueños bajo cero
La tristeza presagiada
de un no-corazón
Todas estas cosas esperan intactas
la memoria, los deseos,
la conciencia y el clamor de motores hiperlumínicos.
Llegaremos quizás
con un mantra aritmético.
Flotaremos en orgasmos
orbitando un planeta muy lejano.
Ecos de risas y placeres
y los Beatles resonando
en los corredores
de la estación espacial
Despertar en un suspiro
entre metales y silicio
acariciando a una mujer
sujeta a ciclos
de mil otras lunas
No recordaremos
a la oruga y al delfín
ni la leyenda de la vieja, vieja tierra
y el rumor de sus océanos y cavernas.
En la letanía algorítimica
de la eternidad
sublime será pensar
que todo el dolor sentido y creado
habrá sucumbido.
Melodía.
Constelación.
Vacío.
Andrés R. Soto Valencia. Es músico y a ratos escritor mexicano radicado en París, Francia. Ha escrito crónica y cuento para algunas revistas en México (La Mosca en la Pared) y ha editado discos con sus grupos UTOPIUM (en Francia) y PAPERMAPS (en Canadá).