por Armando Gutiérrez Victoria
Presentación del más reciente poemario de Lucas Arriaga, Safari (2021). La sala, con capacidad para doscientas personas, está completamente vacía. Se apagan las luces y entra a escena el poeta. Lleva en la mano unos cuantos versos.
Se abre el telón
Gato
En esta inmovilidad de las lámparas
me hallo en la penosa ocasión
de exhibirme en el vacío solitario
de mi propio ego,
engrandecido por la pléyade
de butacas reclinando el tiempo,
conversando con la nada
de este infinito dédalo de espejos;
visión de un sueño
que avizoró voces
y anunció el invierno.
Todo el frío nos llegó
con el último pellejo muerto
de la última palabra
en estos versos.
Cáncer
Signada por el cangrejo
mi sombra sangró un buen día,
inerte, húmeda.
Apartado en el cristal
coronaron mi cabeza
extraños dedos
de una melancolía ajena,
melódica alucinación
del presagio de los hombres
jugando a ser los astros.
Zorro
El recogimiento del zorro
lo ha arrojado fuera del fuego,
de ese banquete mitológico
de efervescencia prometeica
que prende deseo en lo muerto,
en lo que se cierra en un círculo
y nunca se mueve.
Elefante
Sucede que resuena una falta,
resentida en estas sombras.
Es el animal de la memoria.
La grandeza de un signo que ya no es
abreviada tragedia,
sino pesada ausencia.
Pez
Desnudo, en este penoso encuentro de mi carne
me exhibo con el cuerpo lacerado
y me recuerdo niño
entre la sombra de mi voz
y los versos de otros,
que antes encontraron su curso.
Ahora me contemplo
perdido en un naufragio
y en la resaca de todos los destierros.
Lucas Arriaga termina su presentación, recoge las hojas con sus versos, hace una reverencia y se retira, en silencio.
Se cierra el telón
Armando Gutiérrez Victoria (Ciudad de México, 1995). Actualmente cursa el Doctorado en Literatura Hispánica en El Colegio de México. Ha participado en distintos proyectos de investigación de la UNAM y ha colaborado en distintas revistas como Irradiación, Campos de Plumas, Periódico Poético y Plástico.
Arte: Maria Primachenko, Elefante verde