por Rafael Alejandro Ochoa García   Cuando me mudé al búngalo, Chacho me saludó sentado. Me recibió con su mirada asquerosamente tierna, y con el semblante que los perros saben que manipula a los humanos. Levantó la pata en una muestra trillada de atención, y nos volvimos compadres. Caso contrario fue el de Mushca. Una …

Por David Espino Lozada Siempre me despierto al octavo cucú [1]. Esta mañana me levanté un poco antes, pero sé que está a punto de sonar el octavo cucú –o más bien, cucús. No me atrevo ni a voltear a ver alguno de los relojes, aunque ya sé qué hora es. Siempre me duermo a las …