Si alguien debe morir

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Parricidio

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Ni el agua fluye con tanta libertad como el polvo, que, sin importarle que las ventanas o puertas estén cerradas, se acumula sobre el librero y el buró. Acaso sólo falta pestañear para que el mundo se llene de polvo, y no importa cuánto se limpie, el polvo vuelve, para recordarnos que somos el Sísifo …

Pienso que Dios, artesano, no fue gratuito al poner las montañas en el paisaje. Nos dio una forma para acercarnos a él, para picarle la nariz. Si escalamos la cima, nuestros ojos son los ojos con los que Él nos devora. Una vez, recuerdo, fui Dios. Llenamos la cantimplora de agua y las mochilas de …

Rápido aprendí que construir una casa no es fácil, menos cuando la quieres en un árbol; aun así, junto con mi hermano, hicimos el piso; después, sin tener las paredes, porque no entendíamos de órdenes ni de estática, construimos el techo. Tuvimos nuestra casa del árbol y fuimos la envidia de los vecinos. La construimos …

Édgar Omar Avilés nació en Morelia, Michoacán, en 1980. Es maestro en filosofía de la cultura, licenciado en comunicación y diplomado de la sogem. Autor de No respiramos: inflamos fantasmas (Editorial Posdata/conaculta, 2014), Cabalgata en duermevela (Tierra Adentro, 2011), Premio Nacional de Cuento Joven Comala 2011; Luna Cinema (Tierra Adentro, 2010), Premio Nacional de Libro …

Si detenemos las alas de un colibrí, muere. Nunca está quieto. Para dormir, entra en una falsa muerte. Su necedad por moverse de un lado a otro es una trampa mortal. Nada más triste, porque uno quisiera acercarse lo suficiente a esos pequeños juguetes para observarlos con detenimiento, acariciarles las plumas o medirles el pico …

Frío, frío. * Alguien me dijo de una amiga suya que cantaba una canción cuando perdía algo, que así lo encontraba. * No importa qué tan ordenados seamos, en algún momento llegamos a extraviar nuestras cosas. Hay objetos que tienen especial filia por esconderse, como es el caso universal de las llaves, más cuando tenemos …

Durarán más allá de nuestro olvido; no sabrán jamás que nos hemos ido. Jorge Luis Borges   Hay ancianos que se llenan de gatos. Caminar en esas casas es complicado; en cualquier momento, te puedes topar con uno de esos felinos y pisarle la cola. Ocupar un sillón se vuelve imposible; habría que pedirle permiso …

No me queda otra salida que caer en la añoranza hacia el objeto. En estos días, he leído, en la computadora, ya que carezco de lector electrónico, una tras otra, algunas novelitas de Levrero, algo de Gógol y de Monterroso, una obra de Beckett y otras cosas que dejo en el tintero; algo de eso …

Me aburro fácil. En mis clases, soy un verdadero dolor de muela para mis profesores y compañeros: me muevo de un lado a otro, digo algún chiste tonto, interrumpo la clase. No hay nada más insoportable que estar sentado en una butaca sin hacer nada. Algunos me aguantan y otros me piden, de la forma …

Un libro es igual que una casa, nueva en cada mirada, un libro es un continente. José Saramago   El libro es una casa. Así, de una forma más majestuosa que la mía, lo compara Saramago; dice que no conoces una casa por el hecho de entrar y salir. Hay que ir de habitación en …