Desde hace un par de años, Netflix ha cambiado la manera en que muchas personas ven televisión. A través del streaming multimedia vía Internet, se han transmitido series como House of Cards (2013) y Orange is the New Black (2013), consentidas de la crítica y de los espectadores. Esta empresa de Internet se asoció con la marca Marvel, otro titán del entretenimiento, para producir Daredevil. La teleserie de trece episodios, basada en el cómic ideado por Stan Lee y Bill Everett, relata la llegada del abogado novato Matt Murdock a Hell’s Kitchen, el barrio más pesado de Nueva York, donde busca balancear su trabajo legal de día con sus patrullajes nocturnos en los que, enmascarado, ajusticia a bandas de delincuentes que han formado una red de actividades ilegales, con tal poder e influencia, que llega a controlar hasta a las mismas autoridades.
Murdock tiene la coartada perfecta para sus actividades nocturnas: es ciego, debido a un accidente de la infancia con unos químicos que, pese a perder la vista, aumentaron sus otros sentidos en cantidad y calidad. El percance que transforma la vida del protagonista es un elemento clásico de los cómics de Stan Lee. De hecho, por referencias sutiles pero inequívocas, nos enteramos que la serie se lleva a cabo en el mismo universo que el de los Avengers (2012) (también de la creación de Lee); sin embargo, el tono de ésta es drásticamente distinto. Están ausentes los one-liners (bromas de una frase) de cada cinco minutos que aligeran las escenas de tensión en las películas de Marvel y que nos recuerdan que estamos viendo una cinta palomera para toda la familia. ¡Y vaya que hay varios momentos intensos en Daredevil! Como tampoco hay rudos matones que se desmayen a los dos golpes, las escenas de confrontación física son tan explícitas y largas que llegan hasta el punto de incomodar al espectador. Con las palizas que soporta y recibe el licenciado vigilante no queda más que cuestionar la calidad de sus intenciones y su cordura.
Quizá lo más interesante, aunque para algunos puede resultar un defecto, es que los realizadores aprovechan la posibilidad que da Netflix de lanzar la temporada completa para salirse un poco de la norma que siguen las series episódicas con superhéroes. Hay algunos capítulos que sólo son para plantear situaciones que se irán resolviendo después y entonces el vigilante enmascarado apenas hace aparición. Esto puede hacer pensar que el programa va lento. Considero que no es así, es más, me da la impresión de que la trama abarca muchas situaciones, lo cual sí es un problema porque llegan a entrar y salir de escena personajes que en algunos casos no da tiempo de que éstos alcancen a tener peso suficiente en la historia.
El reparto principal conformado por Charlie Cox (Matt Murdock), Elden Henson (“Foggy” Nelson), Deborah Ann Woll (Karen Page) y Rosario Dawson (Claire Temple) muestra actuaciones eficaces y una buena química. Quizá el eslabón más débil de la cadena es Vincent D’Onofrino, quien parece incómodo al interpretar a Wilson Fisk, el antagonista de la historia, al punto de que por momentos parece que está haciendo una extraña imitación de un gánster.
La ambigüedad moral y la crudeza de Daredevil hacen que se parezca más a la película Los infiltrados (2006) de Martin Scorsese, que al showman/superhéroe Ironman (2008); sin embargo, ese tono oscuro no acaba por desdibujar la trama de superhéroes. Incluso se puede afirmar que estamos ante la mejor teleserie de este tipo, por encima de otros éxitos como Arrow (2012) y Flash (2014). De hecho, esta entrega de Netflix está inspirada en algunas de las mejores historietas que Marvel ha publicado en los últimos treinta años. Para quienes estén interesados en checar algunos de los cómics que pudieron haber inspirado esta historia, recomiendo The Man Without Fear (1993) de Frank Miller y John Romita Jr., así como Guardian Devil (1998-1999) de Kevin Smith y Joe Quesada.
Con su primera temporada Daredevil se presenta como una serie de buena calidad que sobresale en casi todo lo que la película del mismo nombre (2003) fracasó. Habrá que ver si se superan los escasos errores en próximas entregas. Mientras tanto, sólo queda esperar que las siguientes colaboraciones entre Netflix y Marvel (con los títulos tentativos de Jessica Jones, Luke Cage y Iron Fist) tengan un nivel similar.