Escuadrón Suicida: antihéroes salvan un desastre de película


Superman, el héroe que prometió proteger a la humanidad y llevarla a las estrellas, ha muerto, dejando un gran vacío de poder y de sentido en el mundo. En este contexto es que en las altas esferas de la milicia estadounidense deciden formar un escuadrón, el Grupo de Tareas X, conformado por delincuentes con habilidades especiales: psicópatas, asesinos a sueldo, ladrones, mutantes y hasta demonios. Este equipo de antihéroes frente al abismo tiene dos ventajas: 1) tiene las capacidades necesarias para enfrentarse a otros metahumanos (término empleado para referirse a todos aquellos que tienen poderes) y 2) en caso de que sean descubiertos, el gobierno negará toda relación con ellos (“fue un ajuste de cuentas entre bandas criminales”). El concepto que sirve como punto de partida para la película Escuadrón Suicida resulta muy intrigante, sin embargo, es de los pocos factores que tiene a su favor.

La mayoría de las críticas negativas contra la película se pueden centrar en los antagonistas, son tan genéricos que hasta parece que los realizadores tuvieron flojera de definirlos con claridad, casi parecen sacados de la serie de televisión Power Rangers (1993- ), son seres como de plastilina negra hechos con efectos espaciales de los noventa, dirigidos por un demonio que no alcanza a tener un nombre, y cuya hermana diabólica, interpretada por la “actriz” Cara Delevigne, se la pasa durante casi toda la película haciendo una máquina que quién sabe qué va a hacer, pero el caso es que se va a poner muy fea la cosa cuando la acabe.

En todo caso el verdadero villano de esta historia es el director David Ayer (End of Watch, Fury), cuyo trabajo se resume en poco creativas secuencias de acción que rayan en lo amateur, efectos especiales de desigual calidad y un humor que no logra ser incorporado orgánicamente al ritmo y al tono de la historia. Como resultado tenemos una película que, después de una prometedora presentación de los personajes, no logra generar los incentivos para involucrarnos a los espectadores con la trama.

No obstante, la película de Ayer tiene algo a su favor que quizá la redimirá a los ojos de muchos, un elenco muy efectivo del cual sobresalen dos actrices: la extraordinaria Viola Davis, quien interpreta a la despiadada agente del gobierno Amanda Waller, personaje al que ojalá podamos ver en más películas del universo de DC; y, por supuesto, también es de resaltar el trabajo de Margot Robbie, quien prácticamente es Harley Quinn de carne y hueso, ella replica a la perfección actitud, gestos e incluso el acento creado por la actriz de voz Arleen Sorkin para Batman: La Serie Animada (1992-1995, 1997-1999).

El único actor que no convence, quizá por el poco tiempo en pantalla, es Jared Leto, pese a que es innegable que buscó darle al Joker su toque personal, su caricaturesca versión carece de fuerza, por lo que no logra estar a la altura de la prestigiosa tradición de Romero, Nicholson y Ledger. Incluso, bien habrían hecho en suprimirlo de la historia; el personaje no aporta nada a la trama principal.

Escuadrón Suicida se suma a la lista de películas de superhéroes olvidables de este año, debido a un pobre trabajo de dirección, un guion simplón y varios recursos choteados. No obstante, algunos personajes bien hechos pueden ser suficiente gancho para los fans de los cómics. A los demás les recomiendo que, como un meme por ahí dice, vean Las Vírgenes Suicidas (1999) o, mejor aún, lean la novela en la que se basó la película.

 

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