Calaveritas literarias [2020]



Por andar haciendo cine

Al fondo de una sala,
disfrutaba Michel Franco
una película mala,
comedia de humor blanco.

Llegó y se sentó la flaca,
su guadaña entre las manos,
dijo, desde la butaca:
“Acabándose, nos vamos”.

“A mí aún no me toca”,
comentó Franco enojado.
“Estás mal o estás loca,
nada debo y nada pago”.

Respondió la muerte esquiva,
“Hubo un cambio de plan,
nuevo orden desde arriba,
tus historias ya no dan”.

Michel contestó lloroso:
“muerte, pues ni pa’ qué vine,
dicen que siempre hago el oso,
por andar haciendo cine”.

—Fabián Hernández


Calaverita a López

Iba pronto la huesuda,
muy cerca del centro histórico,
contra el presidente histriónico,
ya se iba a poner picuda.

“Ya critican tu gobierno,
tu palabra no perdonan;
yo tampoco te defiendo,
y ellos tampoco razonan.

Vengo a ver si ya te animas,
¡Vayamos al panteón!,
¿te presento unas sobrinas?,
bailemos nuestro danzón”.

“No haré lo que me pedís,
yo todavía estoy bueno,
y si dejo al pueblo en duelo,
se enoja mi Beatriz.

Tanto tiempo por el trono
me encontré yo peleando,
yo no me voy a estar rajando,
y al ratero no perdono.

Hice paro nacional
defendiendo mi victoria,
es muy lenta mi oratoria
aunque no es intencional”.

“Unos siempre te echan burla,
otros siempre te echan porras,
a pesar de idea absurda,
ya tu nombre nunca borras.

La gente te busca y pide
buen gobierno y comprensión,
pues de mí no hay quien te cuide,
ni perdonas mi pensión”.

Triste ya se va la Muerte,
de otra cosa a trabajar,
por su sueldo ya carente,
no alcanza ni pa’ matar…

—José Ángel Rodríguez Morales


Conferencias vespertinas

El Dr. López-Gatell
Despierta admiración
En un país entero
E incluso en el panteón

Pues la muerte todas las tardes
Espera el nuevo informe
Ansiando el día en que guarde
Su guadaña y su uniforme

Pero aquello es aún incierto
Más como una simple ilusión
Pues con los 90 mil muertos
México es casi un panteón

No tiene culpa el secretario
Ni la muerte por su trabajo
La culpa es del que sale diario
Mandando todo al carajo

Y no hablo de los empleados
Que se buscan el sustento
Hablo de aquellos tarados
Que siguen haciendo eventos.

Mas no solo eso, el gobierno se ha negado
A frenar completamente
Pues prefiere economía
A la salud de la gente

Y para colmo de males,
Los colegios han cerrado
Y con las clases virtuales
Estamos todos reprobados.

La muerte se desespera
Ya no sabe qué hay que hacer.
Sabe que aunque Gatell quisiera
Nadie le va a obedecer.

Toma una decisión con quebranto
Y sin dar explicación
A Gatell lleva al camposanto
Para que obtenga expiación

Se queda sola la gente,
Sin nadie a quien culpar
Y ahora, rodeados de muerte,
¿Qué vamos a festejar?
Me parece que al país
Lo acabamos de enterrar.

—Jazmín Camarillo Escandón


La venganza del murciélago

Un día la muerte feliz salió a dar un paseo.
Es aerodinámica, vuela sin aleteo.
“Qué bonito dron”, dijo curioso un ciudadano,
Era la muerte que en cielo iba zigzagueando

La muerte se encontró a un murciélago volando.
– ¡La batiseñal! ¿A ciudad gótica he llegado?
– No soy eso, sólo un murciélago alado.
–¡Dios te dio sutileza de monstruo del pantano!

–Soy animal bueno, parte del ecosistema.
–Me pareces tan feo como un montón de mierda.
–Me haces enfadar, yo no hago mal a nadie.
–Has matado a muchos por el hecho de mirarte.

El murciélago furioso, dijo que se vengaría,
a la muerte un esclavo de Excel convertiría.
–Pagarás tus insultos con muchísimo trabajo.
–Eres más inútil que la iglesia de allá abajo.

–En algún lugar comen mi carne por tradición.
–Seguro sabes a pollo, delicioso con guarnición.
–Nadie se imagina lo que les haré pasar.
–Sólo te pido no lo subas a Instagram.

–A los humanos un nuevo virus infectaré,
muertes por racimos y trabajo te traeré,
cualquier película de cine quedará muy corta,
con guion de Stephen King o actuaciones de Travolta.

–No me espantas rata alada, ¿no ves que soy la muerte?,
soy toda poderosa, espero tengas suerte.
–Ya lo verás, te haré trabajar noche y día,
ve instalando Zoom, Office, toda la paquetería.

La muerte en cuarentena por aquel virus de China
Anda por su casa con pantuflas sin alegría.
Ninguno de sus vecinos sale en su colonia
Está como cuando Hitler invadió Polonia.

La muerte se quiere matar de tanto trabajar,
Intentó el suicidio con cianuro sin rebajar
Pero no puede morir porque muerta ya está,
Ya no tiene ni TikTok, ni tiempo para Fortnite.

—Enrique Robles


Calaverita política del Edén, síntesis de los XVI capítulos

I
La muerte llegó a Tabasco,
buscando almas en pena
y que se lleva un buen fiasco,
dizque gobierna morena.

II
Se apareció por La Quinta,
andaba buscando a Adán,
pero se fue con la finta,
ahí ni las gracias dan.

IV
A Evaristo lo guardó
toditito en un cajón.
La huesuda se enojó,
pues PRI-vatizó el panteón.

V
El esqueleto rumbero,
cargó con los diputados.
Conmigo no tienen fuero,
y los dejó sepultados.

X
La muerte no hace excepciones,
ni respeta jerarquías,
ella llena los panteones,
incluso en las monarquías.

XII
Cuando el COVID atacó,
la muerte se dio un festín.
La “chocada” se infectó
y al mal no se le ve fin.

XIII
La calaca no descansa
ni cuando hay inundación.
No le puedes hacer transa
ni tirar un “billetón”.

XVI
De la pérfida calaca
nadie se logra escapar.
En petate o en petaca,
Seguro te va a llevar.

FIN.

—José Luis Banda, “Don Licho”


Los covidiotas

Los covidiotas caminaban,
Sintiéndose inmortales.
No pensando en sus vecinos,
Y sus miedos de mortales.

Estornudan sin cubrirse,
Y no dejan de reírse,
De las bromas y los chistes,
Y de la ropa que tú vistes.

Pero la flaca es muy lista,
Así que escribe en su libreta;
Haciendo del mundo su pista,
Haciendo bailes y una que otra treta.

¡Son invitados!
¡Son requeridos!
Les dijo a los covidiotas,
Fingiendo ser amigos.

Cantemos las mañanitas,
Y festejen divertidos;
Pues mañana en el Mictlán,
Despertarán dormidos.

—El Poeta Q.Lero


La muerte hoy no va a guardia

Este año Doña Muerte el 1 y 2 va a descansar.
Una disculpa ofrece a los galenos la elegante dama,
pero explica que todo el año con el nuevo bicho sólo ha sido trabajar.
Este año hasta a la muerte culpa le ha dado llegar,
se ha llevado enfermos, doctores, enfermeras
todos desfilaron por igual,
la Huesuda nos vació ya mi hospital…
Ni ella se quiere asomar por acá entre tanto cubrebocas y antibacterial,
dice que este año no quiere ofrenda,
con el virus del Oriente la comida no le sabe a ná…
La muerte firma y deja una despedida solemne,
promete que el siguiente año quien se cuide queda indemne.

—Dra. Beca Huesos Adame


Marabunta difunta

Se jactaba de graciosa
y humorista corrosiva
casi siempre salía airosa
esta singular revista.

En sus textos había humor
pero no había quien se riera
había ideas al por mayor
pero nadie que aplaudiera.

Sin embargo se esforzaba
por brindar buen contenido
y más plumas que ayudaran
a lograr su cometido.

Pero un buen día la muerte
echó un ojo a la revista
y para su mala suerte
le enojó lo que leía.

Un concurso que no premia
es menospreciar talento
además de la pandemia
tengan que ligar con esto.

La revista está enterrada
deshojada y difunta
sin lectores, olvidada
así yace Marabunta.

—Alejandro Pérez


Para quien intentó matar a Marabunta en otra calaverita

Se despertó irreverente
este soberbio muchacho
y una idea llegó a su mente
para un juego vivaracho.

“Voy a escribir un poema
donde Marabunta muera.
Será el más brillante tema
que pueda pensar cualquiera”.

Nos lo mandó por correo
confiado en su buena suerte.
No contaba, o eso creo,
con que enojaría a la muerte.

No pudo sino temblar
el joven infortunado
cuando la escuchó llegar
y gruñirle con enfado:

“Dijiste que la revista
casi no tenía lectores.
Pues aquí te va una pista:
¡para mí, son los mejores!”

Esto dicho, la parquita
pasó a cargarse a Alejandro
por andar importunando
a su reva favorita.

¡Que todo mundo se entere,
pa’ que no anden de graciosos!
Marabunta nunca muere:
primero se mueren otros.

—Comité Intergaláctico Marabuntiano

  

¡Muchas gracias a todos los que participaron! La Marabunta les desea un feliz día de muertos y que sigan sobreviviendo con éxito en este mundo infernal <3 xoxo

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