Cuencas que todo lo ven
por Liliana Flores La estamos viendo desde la ventana. Ha estado ahí desde las siete. Si es que no llegó antes, pero cuando Andrea se asomó para abrir las persianas la miró ahí, tumbada a unos metros sobre el pastizal. “Lidia, ven”, me dijo y yo me asomé también para ver de qué se trataba. …
El sueño de la mosca
por Ángel Linares La mosca volaba en medio del enjambre. Eran muchas, estaban agrupadas en nubes, todas zumbando y zigzagueando por ahí; en medio de ellas había algo que tenía forma de hombre, pero no lo era. Era más grande, hinchado, una masa inmóvil sobre un charco negro, se diría un monstruo. La mosca se …
¿Redención?
por Rafael Alvazález Morgan despertó, levantó el campamento, montó su caballo y cruzó el arroyo, descendiendo la montaña hasta llegar a aquel camino abandonado donde lo esperaba María. Al doblar la única curva del camino, un hercúleo bulto lo abatió de pronto, Morgan tocó el suelo y oyó tres disparos. A la mañana siguiente Morgan …
Merced
por Octavio Carreño Nada se compara a entrar por las puertas de cristal, a percibir el aroma de los muebles, de la ropa y de los perfumes. Da lo mismo si es Best Buy, El Palacio de Hierro o Liverpool. Las tiendas departamentales me obsesionan porque me permiten vivir lo imposible. Recorro sus espacios iluminados …
París fue una tormenta
por Francisco S. Contreras Mendoza Mi casa siempre estuvo llena de libros y, de pequeño, junto al universal sueño de ser bombero, también abrace en secreto el deseo de ser escritor. Aún soy nuevo en el oficio, la gente casi no voltea por la calle cuando paso junto a ella, y para mí es un …
Los pobres secan su ropa al sol
por Eduardo Arochi Tinajero Al abrir la puerta supe de inmediato que el hombre que había tocado era pobre. El olor a ropa húmeda lo había delatado. Solo los pobres secan su ropa al sol, y el sol no se había asomado hace ya quién sabe cuántos meses. La mía olía igual. Las milpas estaban …
30 Rockefeller, NY
por Debbie Saavedra Había esperado con ansias un empleo como éste por años. Después de terminar la escuela de negocios, jamás me imaginé comenzando una carrera en la escritura de comedia. Había tomado el empleo en Nueva York sin pensar: la promesa de trabajar en 30 Rockefeller como contadora, luego asistente, y luego ¿escritora? Nunca …
Contuve soberanos
por Miguel S. Nadie puede reinar inocentemente.— Saint-Just ¡Silencio! ¿Lo oyes? Es el chillido que salta rebuscando no sé qué diantre. Se escucha en repetidas ocasiones, un disco viejo que, con las horas, bajo ese incandescente rayo rojo, se va rayando; ese disco es un sol que va muriendo poco a poco mientras deja a …