No importaba hacia dónde giráramos


por Brian Evenson

traducción del inglés por Emilio Contreras


No importaba hacia dónde giráramos a la niña, ella no tenía cara. Había cabello enfrente y detrás, pero decir cuál era la parte anterior y cuál la posterior resultó imposible. Puse a Jim Slip a que viera por un lado mientras yo veía el otro, y los demás miembros de la logia intentaron, sin sutileza, retenerla; pero no importaba cómo la inspeccionásemos o retuviéramos: la cara simplemente no estaba ahí. Su madre lloraba, culpándonos, pero ¿qué podíamos hacer? No éramos nosotros a quienes había que culpar. No había nada que pudiéramos haber hecho al respecto.

Fue Verl Kramm quien tuvo la idea de implorar al cielo, a las luces, conforme desaparecían, para exigir que viniesen y se la llevaran. “Se han llevado la mitad de ella”, gritó. “Han tomado la misma mitad suya dos veces. Puta madre, ahora tengan la decencia de llevarse el resto de la niña”.

Otros imitaron a Verl, pero ellos no regresaron. Ninguno. Se fueron y nos dejaron con una niña que, no importaba desde dónde la vieras, siempre la encontrabas de espaldas. No comía o, si lo hacía, no había forma en que nosotros nos enterásemos. Ella sólo seguía girando en círculos, caminando hacia atrás y chocando contra cosas. Intentaba agarrar objetos con los dorsos de sus manos. Era una niña entera, o más bien dos medias niñas, pero hecha (¿o hechas?) indebidamente de dos de las mismas mitades.

Pasó el tiempo. Apenas podíamos mirarla. Al final, no pensábamos en otra solución que no fuera el abandono. Aunque su madre protestara y hasta pusiera sus garras, ni siquiera ella quería llevársela. Sólo quería sentirse bien sobre la situación para que la responsabilidad recayera sobre nosotros.

Clavamos tablas sobre las puertas y tapiamos las ventanas. Ante la sugerencia de Verl, respetamos el agujero en el techo: había esperanza de que ellos regresaran por ella. Durante un tiempo, instalamos un vigía afuera de la puerta, que reportó a la logia los arañazos internos; pero, una vez que se apagaron, también desistimos.

A altas horas de la noche, sueño con ella. No con la mitad duplicada de la chica que tenemos, sino con la otra. 

La veo, millones de kilómetros sobre nosotros, en un aire tan rarificado e irrespirable, flotando en su nave.

Una chica que, no importa hacia dónde la giráramos, siempre te verá de frente.

Una chica que muestra sus dientes, que mira y mira.



“No Matter Which Way We Turned”, es el primer cuento de la espeluznante antología de cuentos Canción para el desmembramiento del mundo (en inglés, Song for the Unraveling of the World).

Brian Evenson (Iowa, 1966) es autor de más de una docena de trabajos de ficción, cuyo título más reciente es A Collapse of Horses. Ha resultado tres veces ganador del O. Henry Award, del ALA-RUSA y finalista de un Edgar Award. Vive en Los Ángeles y enseña en CalArts. Entre sus libros más conocidos se encuentras los cuentarios Fugue State, The Wavering Knife, Song for the Unraveling of the World y The Glassy, Burning Floor of Hell, así como la novela Last Days, aclamada por Peter Straub.

Emilio Contreras (Xochimilco, 2000). Es Licenciado en Estudios Literarios por parte de la Universidad Autónoma de Querétaro. Escribe cuento, poesía y ensayo. Ha publicado en Poetómanos, Enchiridion, Irradicación, Herederos del Kaos, Mitote Literario (Fanzine local), Deméter, Grafógrafxs y El coloquio de los perros.

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