Vigilia
por Ilse Gámez Uno siempre espera grandes aventuras, grandes intensidades existenciales, y cuando mira hacia atrás se da cuenta de que en realidad no pasó nada. La literatura es un modo de transformar esa nada en algo. ―César Aira Sabes que son las dos por el reloj de pulsera que tienes a un lado de la cama, todas las noches lo …
¿Redención?
por Rafael Alvazález Morgan despertó, levantó el campamento, montó su caballo y cruzó el arroyo, descendiendo la montaña hasta llegar a aquel camino abandonado donde lo esperaba María. Al doblar la única curva del camino, un hercúleo bulto lo abatió de pronto, Morgan tocó el suelo y oyó tres disparos. A la mañana siguiente Morgan …
Merced
por Octavio Carreño Nada se compara a entrar por las puertas de cristal, a percibir el aroma de los muebles, de la ropa y de los perfumes. Da lo mismo si es Best Buy, El Palacio de Hierro o Liverpool. Las tiendas departamentales me obsesionan porque me permiten vivir lo imposible. Recorro sus espacios iluminados …
París fue una tormenta
por Francisco S. Contreras Mendoza Mi casa siempre estuvo llena de libros y, de pequeño, junto al universal sueño de ser bombero, también abrace en secreto el deseo de ser escritor. Aún soy nuevo en el oficio, la gente casi no voltea por la calle cuando paso junto a ella, y para mí es un …
Trísidas
por Jennyfer Cabrera 1:34 Mariana sueña que su papá vuelve a casa y la abraza. También está ahí su abuela. El sueño la despierta y llora. Nivel de energía: 3 21:45 Alicia sueña que los Santos Reyes Magos le traen la muñeca que pidió. Juega con ella toda la noche. Nivel de energía: 2 22:52 …
El campanario
por José David Castilla Parra Para pasar décimo grado me tocó comerme a la profesora de música. Su voz chirriaba, se vestía mal y su cuerpo me era tan distante como su forma de ser. Nunca nos cruzamos palabra hasta el día en que estuvimos los dos encerrados en el salón de música y descubrí …
Los pobres secan su ropa al sol
por Eduardo Arochi Tinajero Al abrir la puerta supe de inmediato que el hombre que había tocado era pobre. El olor a ropa húmeda lo había delatado. Solo los pobres secan su ropa al sol, y el sol no se había asomado hace ya quién sabe cuántos meses. La mía olía igual. Las milpas estaban …