por Óscar Schinca El árbitro pitó sus chirridos largos y quienes aún corrían dejaron de correr. Lentos, todos comenzaron a avanzar como si llevaran rumbo, como si supieran a dónde ir una vez que aquello terminara. Después de despertar de la modorra del final de juego, los hombres se aglutinaron, dos colores de camisetas comenzaron …

A los seis años decidí que iba a apoyar al Necaxa con todas mis fuerzas porque mi papá era electricista y nosotros dos, juntos, casi solos contra el mundo, dependientes de una única abuela que fungía como madre para ambos, éramos como Don Ramón y la Chilindrina. Puede que esa haya sido la decisión más …

Me aburro fácil. En mis clases, soy un verdadero dolor de muela para mis profesores y compañeros: me muevo de un lado a otro, digo algún chiste tonto, interrumpo la clase. No hay nada más insoportable que estar sentado en una butaca sin hacer nada. Algunos me aguantan y otros me piden, de la forma …