por Bernardo Martínez   Es neta don Eusebio. Dígale a su señora, a doña Clarita, que no me etiquete. Deveritas, ¡por lo que más quiera! ya estoy hasta la madre de ver en mi página de inicio notificaciones de fotos con piolín y un chingo de corazones. Bendiciones, bendiciones para qué, ¡si yo ni carro …

por León de Dios   El viento del sur llegó imperioso derribando árboles y llevándose los techos de las casas desamparadas, llegó a media noche y todos supieron que no había remedio. Don Ramiro sintió que ese viento traía algo más que destrucción y noches bellísimas; al fin tendría la oportunidad de hablar con Dios, …