000 MissingNo.


Squirtle (detalle)
Ilustración de POKÉSHINE.ART

Por Joaquín Guillén Márquez

 

001 Bulbasaur 

Bicho y yo entramos a la Comercial Mexicana y nos dirigimos a la sección de juguetes. No recuerdo que mi mamá, Silvia, nos llevara a hacer las compras a esa hora pero así lo tengo en mi memoria: mi hermano y yo de noche, en el pasillo de juguetes y frente a nosotros un anaquel con algunas figuras. Antes de salir al supermercado estábamos viendo en la televisión el estreno de Pokémon(1). Al final del episodio, Ash y Pikachu llegan a un entendimiento después de que unos Spearow salvajes intentaran atacar a Pikachu durante una tormenta. Sale el sol y Ash ve un arcoíris y a un pokémon pájaro gigante que desconoce, por lo que saca su Pokédex, un aparato-enciclopedia que guarda los datos de todas las criaturas que encuentra en su viaje, sólo para enterarse de que no todos los pokémones han sido descubiertos(2). Al terminar el capítulo, Silvia nos llevó a la Comercial y yo estaba maravillado por lo que acababa de ver. No sé cómo la convencí de que nos comprara dos de los pocos juguetes que había. Bicho agarró un Golem pero yo no recuerdo qué escogí. Al poco tiempo conseguí el videojuego Pokémon Blue, del que se adaptó libremente la serie animada. Elegí un Squirtle. 

 

002 Ivysaur

Pokémon es un juego sobre elecciones. Hay que decidir qué versión de Pokémon se prefiere: Azul (o Verde en Japón) o Rojo o Amarillo; Dorado o Plateado o Cristal; Rubí o Safíro o Esmeralda; Diamante o Perla o Platino; Blanco o Negro o Negro y Blanco 2 (ésta es rara); X o Y; Sol o Luna o Ultra Luna o Ultra Sol; Espada o Escudo. Ya dentro del juego existen tres posibles pokémones iniciales y otros cinco espacios disponibles para que cada jugador los llene a su gusto; esos seis constituyen ya un equipo completo y cada uno puede tener cuatro movimientos (ataques ofensivos o defensivos) diferentes al mismo tiempo, necesarios para hacerlos viables dentro del juego. Conforme la serie fue evolucionando, se sumaron más variables dentro de cada juego y criatura. En 2019, alguien en Smogon hizo las cuentas del número de combinaciones diferentes que podrían existir de distintos equipos de seis pokémones con todas sus variantes posibles(3). El resultado se escapa totalmente de mi comprensión porque es un número tan grande que si alguien me dijera que el resultado es “un millón” probablemente me impresionaría más porque le entendería. De acuerdo a Delibird Heart, existen 6.08701e+218 posibles combinaciones únicas (esto incluye especie del pokémon, naturaleza, habilidad, valores objetos y movimientos de cada uno). Delibird Heart remata con otro dato que me gustaría comprender: “hay 10^82 átomos en lo que podemos observar del universo. El número de posibles combinaciones de equipos en Pokémon es 6.08701e+136 veces más grande que eso”. 

 

003 Venusaur 

En 2021 se festejará el 25 aniversario de Pokémon. Al momento en que escribo, me encuentro a meses de cumplir 31; es decir, sólo pasé seis años de mi existencia sin Pokémon y no creo que sea coincidencia que son los que menos recuerdo. Estoy seguro de que desde aquella ocasión en la Comercial Mexicana no he tenido un día en el que no haya pensado en Pokémon. Desde entonces he pasado la mayor parte de mi vida no sólo como fan, sino tratando de entender el impacto de los videojuegos en mí y, en general, en la cultura. De ahí que hace más de diez años me invitaran a escribir un texto sobre narrativa y videojuegos para una revista, y acepté pero tenía miedo. Siempre temo al escribir, pero en ese entonces en internet se debatía si los videojuegos son arte (spoiler: sí son) y yo sentía que escribir sobre ellos era justificar por qué son importantes, dar una respuesta a por qué una revista literaria de circulación nacional se fijó en el tema para explorar en cinco páginas las posibilidades narrativas de los videojuegos. Me pregunto si no es un error enseñar mi mano así, si escribir esto no es otra forma de justificación pero siento la presión de decirlo. Pokémon es la franquicia más valiosa del mundo, valuada en 92.121 billones de dólares. No haré la conversión a pesos o a algo más entendible porque es tanto dinero que esa cantidad me parece algo más abstracta. Sólo sé que Pokémon es más grande que Marvel, Star Wars, Mickey Mouse y Harry Potter. Si alguien no ve lo relevante que eso es para la cultura contemporánea no sé cómo más explicarlo. Pokémon es más grande que Jesús.

 

004 Charmander

Satoshi Tajiri (1965) creció en Machida, Tokyo, un lugar que se resistía a la vida de ciudad. Entre árboles, el niño Tajiri comenzó a coleccionar insectos pero conforme pasaron los años había menos fauna. Se habla de este suceso como la fuente de inspiración de Pokémon, el momento en el que un recuerdo se convierte en un producto que evoca la nostalgia y la experiencia no sólo de coleccionar insectos sino de una vida más provincial. En 1990 Tajiri empezó a darle forma a un juego y a una compañía (Game Freak) que pasaron seis años muy difíciles de desarrollo, los cuales orillaron al equipo a la bancarrota. Pokémon Red/Green vio la luz en 1996. 

 

005 Charmeleon

Para incentivar la idea de coleccionar, se decidió que Pokémon saldría en dos versiones, aunque en algunas generaciones hay una tercera que funciona como la edición definitiva de esa entrega. La primera variación está en la portada del juego y la segunda, la importante, en los pokémones que aparecen en ellas: hay un puñado de criaturas que son exclusivas de cada versión y eso hace imposible que una sola persona tenga acceso a completar el Pokédex, uno de los “objetivos” para demostrar que se completó el juego al 100%, y la casi premisa de la serie animada englobada en su primer slogan: “Gotta Catch ‘Em All” (“¡Atrápalos a todos!” en español). Si se quería tener a todos los pokémones, o al menos a uno de los exclusivos, habría que hablar con algún conocido que tuviera la versión complementaria para que conectaran sus Game Boy físicamente por medio de un accesorio llamado Cable Link, que permitía el intercambio y las batallas Pokémon entre personas antes de que la tecnología inalámbrica fuera accesible para todos. Quizá en 2021, con el mundo a un celular de distancia no parezca mucho, pero en ese momento fue parte importante de por qué se volvió un fenómeno mundial: te hacía salir del juego. Pese a ser introvertido y ni siquiera tener interés en llenar mi Pokédex, Pokémon me permitió hablar con otras personas de lo que me estaba pasando, de mis gustos, de otros juegos y de televisión; me permitió, en fin, conectar con personas y entablar amistades. Por eso mi historia con Pokémon es también la historia de mi familia y amigos. 

 

006 Charizard

Nunca fui particularmente bueno en la escuela. Había varios niños que siempre sacaban calificaciones más altas y yo, sin ser mal alumno, me sentía cómodo con mis 9 y mis esporádicos 10. Todo cambió cuando entré a catecismo y demostré tanta aptitud para hablar sobre historias y los problemas éticos de qué significa ser bueno o malo que el sacerdote de la iglesia se acercó a Silvia para ver si me interesaría ser monaguillo. No acepté aunque sí tuve mi primera comunión, por lo que me hicieron una fiesta. Invité a mis compañeros de la escuela y varios de ellos me regalaron figuras de Pokémon, pero a Silvia le preocupaba que el sacerdote, también invitado, los viera porque en ese momento decían en la tele que Pokémon era del diablo y que Pikachu significaba “más poderoso que Dios”. Comienzo a preguntarme si no hay algo de cierto: volteo hacia mi librero y en la cima hay dos figuras de Pikachu, sé que en los estantes hay varios libros más de Pokémon pero sólo una Biblia y un Libro del Mormón. Este hogar cree en Pikachu.

 

007 Squirtle

Mi primer pokémon fue un Squirtle. Ahora elegiría a un Bulbasaur, me siento más cercano a esa criatura verde, calmada, seria y protectora que es Bulbasaur pero en aquellos momentos aún estaba descubriéndome y creo recordar que mi elección se debió a que en la portada de mi Pokémon Blue estaba Blastoise. ¿Por qué no querría a esa tortugota sobre Charizard? Además, de su caparazón salían unos cañones que disparaban agua y en su rostro se dibujaba una sonrisa que lo hacía parecer seguro de sí mismo. Yo era todo lo contrario a Blastoise: chaparro, inseguro y no tortuga, quizá lo elegí porque veía en él la fuerza que me faltaba en ese momento. Cuando escogí a Squirtle, el profesor Oak me preguntó si quería ponerle un sobrenombre y así lo bauticé como Mono. Cuando por fin evolucionó a Blastoise, le enseñé el movimiento Fisura (algo que nunca haría ahora) y con ése derroté al Dragonite de Lance, el campeón de la Liga Pokémon. Mono fue mi primer, y a la fecha único, pokémon nivel 100. 

 

008 Wartortle 

Hubo muchos momentos en los que deseé que la vida fuera un videojuego. Poder experimentar el resultado de una decisión sin pagar las consecuencias; cerrar los ojos y regresar a un punto anterior para que mis elecciones no fueran permanentes, como cuando me equivoco en un videojuego y rápido apago la consola para así volver a un punto previo a mi error. Pokémon es un juego sobre elecciones y sí, son importantes pero en el mundo virtual esas decisiones se pueden borrar sin mayor penalización al tiempo invertido, uno en el que de todas formas ya se aprendió algo, al menos qué no hacer para intentar hacerlo mejor la siguiente vez. La vida no funciona así. Esto no sólo no lo aprendí de Pokémon, sino que tuve que desaprenderlo en terapia. Sólo así pude aceptar que quizá no hay decisiones (que no acciones) buenas o malas. Quizá ahora escogería a Bulbasaur pero entonces preferí a mi Mono, Squirtle, y esa decisión se volvió parte de mi historia. Más que desear que las situaciones fueran diferentes, debía hacerme responsable e intentar jugar con las elecciones que ya había tomado para tratar de sacar lo mejor de mí y de la vida. 

 

009 Blastoise

Pokémon es un juego sobre elecciones. Para mí, decidir qué versión jugar, qué pokémon elegir y cuáles componen mi equipo son un reflejo de quién soy. Si quiero un pokémon, tiene que pasar los siguientes filtros: a) ¿su tipo complementa al resto de mi equipo? b) ¿es viable competitivamente dentro del juego? c) ¿me gusta su diseño? Estoy seguro de que si alguien viera una imagen de todos mis pokémones descubriría cuando menos qué colores me gustan. Esta creación y posterior reafirmación de quiénes somos es central en la experiencia Pokémon. A mis ocho años, sin saberlo, estaba tomando decisiones que eventualmente se revelaron si no como fundamentales, sí fundacionales. En una familia que estaba rompiéndose, sentirme en control de algo, así fuera un juego, y empezar a dibujar mi identidad fue algo poderoso. Quizá más poderoso que Dios. 

 

010 Caterpie

Silvia me regaló un Game Boy Color (morado) con Blue, no recuerdo si fue por mi cumpleaños o porque había terminado un ciclo escolar. Ese primer día con mi consola jugué más de ocho horas seguidas, una hazaña que nunca he vuelto repetir porque tan pronto terminé, vomité. Silvia me dijo que era por ver tanto tiempo la pantalla y no salir a tomar aire. Al menos no me dijo que el diablo se me había metido. 

 

011 Metapod

En 1989, Satoshi Tajiri, Ken Sugimori y Junichi Masuda fundaron Game Freak. A principios de los noventa empezaron a trabajar para Nintendo con juegos como Yoshi y Mario & Wario, momento que aprovecharon para presentar la idea de Pokémon que interesó pero no por completo a Nintendo. Game Freak desarrolló el primer juego de Pokémon; la compañía Creatures fungió como productora y Nintendo participó como publisher, quien vende y distribuye. Tras el éxito internacional de Pokémon, y con un Nintendo muy reacio a comercializar su propiedad intelectual tras el fracaso de la película Super Mario Bros. (1993), las tres compañías acordaron crear The Pokémon Company, cada una con el mismo porcentaje de propiedad, para proteger y comercializar Pokémon de una manera mucho más agresiva de lo que cualquier otra franquicia de Nintendo ha podido hacerlo. Parece que si cualquier objeto existe, hay una versión de eso con una imagen de Pikachu. 

 

012 Butterfree

A mi papá nunca le gustó mi afición por los videojuegos. Tampoco le gustaba que estudiara o que leyera. Cuando intentaba conectar conmigo y con Bicho, nos llevaba a jugar futbol con los vecinos, pero creo que se frustraba de que yo no fuera lo suficientemente atlético para correr más, mantener el balón, meter mi cuerpo con fuerza para derribar a otros niños inocentes que nada tenían que ver con él y su interés de hacerme fuerte. Yo sólo quería regresar a mi Game Boy.

 

013 Weedle

No hay una explicación real de por qué no existen las figuras paternas en Pokémon. En las hasta ahora ocho entregas principales del juego(4), el/la protagonista acaba de mudarse con su mamá a un pueblo chico, donde conoce al experto investigador(a) pokémon de la región, quien le ofrece una de las tres criaturas iniciales. Después inicia el viaje y la mamá se queda en casa, ella puede mandar dinero, llamar por teléfono, restaurar el HP y hasta comprar objetos más bien innecesarios según el juego. Al papá a veces se le alude en un solo diálogo pero no está presente. El único que existe es Norman, elegido como el nuevo líder de gimnasio en Ruby/Sapphire, lo que ocasiona que al inicio del juego el/la protagonista se mude y se desencadene la serie de eventos clásicos en Pokémon: un niño o niña de diez años infiltrándose en lo más profundo de una organización criminal que planea dominar al mundo de alguna forma relacionada a un pokémon poderoso; el o la niña sabotea esa operación, captura al pokémon en cuestión, salva al mundo y después se corona como el campeón pokémon de esa región tras derrotar a la Elite Four, profesionales Pokémon que actúan como una especie de forma de gobierno. El papá ni así vuelve. 

 

014 Kakuna

Mis padres se separaron poco después de que terminé Blue. Mi papá regresó a su pueblo en Veracruz, a donde íbamos cada oportunidad y el único lugar donde lo recuerdo feliz. Bicho y yo pasamos año nuevo con él en aquella ocasión, el cambio de 1999 al 2000. Escuchaba que algunas personas creían que el mundo acabaría o que nos invadirían los extraterrestres, pero yo prefería creer que los pokémones existirían de verdad, que al primer minuto de ese nuevo año lloverían pokébolas para todos. A la mañana siguiente desperté emocionado y abrí la puerta de casa de mi tía para ver por primera vez una calle del siglo XXI. No había pokébolas en el suelo ni un Vulpix me estaba esperando. Nada había cambiado. Quería regresar con mi mamá. 

 

015 Beedrill

Pokémon Red/Green fue lanzado en Japón en 1996 para el Game Boy, una consola de videojuegos portátil que para ese momento ya tenía siete años en el mercado. El mundo estaba a unos meses de experimentar la tercera dimensión con el Nintendo 64, el Play Station estaba entrando a sus años maravillosos y el Super Nintendo aún tenía dos de sus mejores juegos a la espera por comercializarse (Donkey Kong Country 3 y Super Mario RPG). Por más que el Game Boy fuera un fenómeno que revolucionó cómo el mundo se relaciona con los videojuegos gracias a Tetris, las posibilidades de que Red/Green fuera un éxito eran escasas. No sólo salía en un hardware viejo, el juego se sentía y veía lejano del salto que los videojuegos estaban por dar incluso en consolas que se comercializaban en ese momento. Tsunekazu Ishihara, actual presidente de The Pokémon Company y entonces productor de Red/Green, recuerda que no tenía duda alguna de la alta calidad del primer Pokémon, sin embargo, llevaban tantos retrasos que dudaban generar interés. Las ventas iniciales le dieron la razón, pero la gente que sí lo consumió comenzó a correr la voz, el manga incrementó la presencia mediática y, por si fuera poco, el juego generó muchas historias en una época anterior al uso masivo del internet; tantas que sólo podían considerarse como leyendas que la gente tenía que experimentar: cómo clonar pokémones, encontrar a MissingNo.(5), atrapar a Mew o incluso Mewtwo. Pokémon explotó y con el lanzamiento del anime, se exportó a Estados Unidos donde el juego también pudo fracasar porque era “muy japonés”. Los RPG (role playing games) no tenían tanto éxito en occidente y la premisa de coleccionar criaturas en una consola portátil y vieja hacían de la exportación de Pokémon un riesgo que valía la pena tomar por el crecimiento de la franquicia. Desde Nintendo de América se tomó la decisión de localizar el juego, lo que significaba inventar nuevos nombres para las 151 criaturas, el resto de los personajes e incluso para la marca, que en Japón era Pocket Monsters. También desecharon el color verde y en 1998 lanzaron Pokémon Red/Blue

 

016 Pidgey 

Pokémon fue la primera obsesión millennial. El apabullante éxito de la serie hizo que se hablara de una nueva “fiebre amarilla”, en honor a Pikachu, el pokémon número 25 que resultó ser la mascota de la franquicia aunque al principio fuera sólo uno más (ni siquiera uno relevante). Pienso que el factor Pikachu es la clave de la obsesión Pokémon. No era sólo un juego, o un anime, o unas cartas, o un manga: era un ratón amarillo que tenía otros 150 familiares que estaban bien diseñados y que incluso con las limitaciones visuales del Game Boy desbordaban personalidad. Al día de hoy Pokémon no es lo que es por el juego, sino por las criaturas y el enlace emocional que cada uno de nosotros proyecta en ellas. Hay a quien le gusta Charizard o Pikachu pero hay raros, como Bicho, que prefieren a Golem. De los 896 pokémones (sin contar sus distintas formas regionales) no hay ninguno que no sea el favorito de alguien. 

 

017 Pidgeotto

Antes de que Silvia tomara la elección de convertirse al cristianismo, tuvo una búsqueda espiritual que la llevó a misas ofrecidas a la Santa Muerte, a la santería, a los mormones y a un templo hindú que rendía culto al gurú Sai Baba, al que comenzó a asistir cuando conoció a Heber, su entonces pareja y futuro padre ausente de mi otro hermano. En sus primeras visitas, ella nos dejaba a Bicho y a mí en el Topaz blanco de Heber, un rato que aprovechábamos para sacar el Game Boy Advance y jugar, yo Ruby y él Sapphire. No recuerdo otro momento en mis años con Bicho en el que ambos jugáramos lo mismo. Meses antes, en ese carro y con ese Game Boy Advance, conocí a Heber. Quedó de llevarme con un doctor porque yo llevaba muchos años mal de salud y creían que una nueva perspectiva podría ayudarme. Mientras él conducía el auto que años después intentó enseñarme a manejar, yo comencé a sentirme triste y lloré al pensar que si mi mamá moría, Bicho y yo nos quedaríamos solos. Heber me preguntó qué tenía, le respondí y me contestó que no estaríamos solos porque estábamos con él. A menudo pienso que de no haber sido por ese momento, quizá Heber no hubiera sentido la presión de formalizar una relación con Silvia. No creo haber sido consciente del peso de esa conversación en el Topaz en el que Bicho y yo nos quedábamos horas esperando a que Silvia saliera oliendo a incienso tras entonar sus Oms en el templo de Sai Baba. Lo que sí recuerdo es a Bicho con su propio Game Boy Advance, el único Pokémon que jugamos al mismo tiempo y también el único de la serie donde el papá sí aparece, aunque sea un momento.  

 

018 Pidgeot

La primera vez que experimenté nostalgia fue cuando jugué Gold. Si en la región Kanto, donde toma lugar Red/Blue, existía ya una idealización de las ciudades preindustriales, en el Johto de Gold/Silver/Crystal se incrementa al doble porque voltea a ver al Japón tradicional, lleno de palacios, vestimentas, naturaleza y mitología que están ausentes en la primera entrega de la serie. Pero no sólo eso: tras recorrer Johto, me di cuenta de que la Liga Pokémon a la que estaba por enfrentarme era la misma a la que había vencido antes. Era un niño recordando ser niño. Tras convertirme en campeón, las fronteras de Johto se abrieron y pude explorar de nuevo Kanto, donde reconocí el paso del tiempo tanto en el juego como en mí. Sin querer, descubrí que había crecido. 

 

019 Rattata

Hay una razón por la cual se habla de Gold/Silver como una de las grandes secuelas de la historia de los videojuegos: se suponía que iba a serlo. Ishihara no pensaba hacer más Pokémon después de Gold/Silver, por lo que puso todo el empeño en hacer de la experiencia no sólo más grande, sino mejor (aspecto que, podría argumentarse, ha desaparecido desde entonces con cada nueva entrega de la serie). Dar las licencias para hacer juguetes, el juego de cartas, las localizaciones a otros idiomas, Pokémon Yellow y hasta el anime tenían el único propósito de hacer que Gold/Silver fuera un éxito. Tantos proyectos laterales hicieron que el desarrollo de la secuela fuera atropellado una vez más, pero recibieron ayuda de Satoru Iwata, entonces director de HAL Laboratory y miembro del consejo de Creatures Inc, pero más importante: un programador de primera y un videojugador de corazón. Iwata descifró el código de las batallas Pokémon de Red/Blue que no existía respaldado y adaptó ese trabajo al Nintendo 64 para empezar el desarrollo de Pokémon Stadium. Además creó una herramienta de comprensión que ayudó al equipo de Gold/Silver para reducir el tamaño del juego, esto permitió que al final de Gold/Silver hubiera el suficiente espacio para revisitar Kanto.  

 

020 Raticate 

Escuché que algunas personas de la licenciatura decían, un poco en burla pero sin ser realmente groseros (quizá hasta más sorprendidos que otra cosa), que uno de nuestros compañeros se había presentado en la primera clase como “el dos veces campeón nacional de Pokémon”. Era el primer semestre en la Facultad y yo todavía no tenía un círculo social, me era difícil porque la mayoría parecía si no extrovertida sí más dispuesta que yo a experimentar la vida universitaria con el alcohol, con el que yo no me estaba cómodo debido al alcoholismo de mi papá. Me sentía confundido porque no sabía qué era la ansiedad social y pensaba que mi introversión era algo que debía vencer para ser como los demás. Escuchar que había alguien en mi carrera con quien podía hablar de Pokémon fue toda la diferencia para mí, pues ya me estaba cansando de ser alguien que en realidad no era sólo para no sentirme aislado. Así conocí a Julio y me animé a hablarle en el salón de clases donde tomábamos Filosofía, antes de que el profesor llegara. Él estaba con otras tres personas que jugaban Jump Ultimate Stars en su Nintendo DS. Me acerqué y les pregunté “¿Es Jump Ultimate Stars?” aunque ya sabía la respuesta. Los cuatro voltearon a verme, respondieron “sí” y volvieron a sus pantallas sin continuar la conversación. Tras mi interacción fallida me alejé un poco y tomé asiento. Meses después entablé amistad con Julio y otros dos. Una vez les conté de la primera vez que intenté hablarles pero ninguno lo recordó. 

 

021 Spearow 

Nunca me he sentido más cool que en el verano del 2016 cuando Pokémon Go salió al mundo. Iba del metrobús a mi trabajo y al menos cuatro o cinco personas iban jugando en su celular y hablaban de lanzar pokébolas y de capturar Pidgeys. Fue raro de pronto sentirme parte de la conversación o de ir en la calle mientras paseaba a Salsa, mi perro, con Go en mi celular y ver a otros hacer lo mismo: visitar el restaurante donde había Poképaradas, ir al metro a defender el gimnasio, emocionarse cuando aparecía un pokémon no habitual en la colonia. Pero lo más extraño fue cuando algunos comenzaron a hablarme de sus memorias sobre Pokémon, principalmente con el anime y los primeros juegos. Sentían que Go los transportaba a un momento de su vida más inocente y los hacía revivir la fantasía que era ser entrenador Pokémon. Incluso personas de los lugares en los que he trabajado me preguntaban, porque por alguna razón que desconozco siempre soy el Pokéxperto oficial de mis trabajos, dónde podían bajar Go y qué pokémones aparecían en la ciudad. Vivíamos en un mundo Pokémon.  

 

022 Fearow 

La historia de Go comienza en 2014 cuando Ishihara y Satoru Iwata concibieron con Google el Google Maps: Pokémon Challenge, una alteración con motivo del April’s Fools en la que permitía a los usuarios de Google Maps atrapar pokémones en las calles. En ese momento, The Pokémon Company se acercó a Niantic, desarrolladores del juego de geolocalización Ingress y recientemente independientes de Google para darle forma a Go, que también utilizaría la geolocalización y la realidad aumentada pero cuya principal función fuera atrapar pokémones. Niantic usó la base de datos que construyeron en Ingress para determinar en un mapa real qué ubicaciones son relevantes y las dividieron en dos: los puntos de más acceso y mayor tráfico de personas se volvieron gimnasios Pokémon, que los jugadores (que deben elegir uno de tres equipos) podían controlar poniendo a sus pokémones más fuertes a defender la zona en una suerte de guerra territorial; los espacios igual relevantes pero no tan transitados se hicieron poképaradas, donde los jugadores podían abastecerse diario de objetos e incluso de pokémones.  En su lanzamiento, Go me parecía malo y frustrante, un Pokémon reducido a sus elementos más básicos, que de cualquier manera disfruté y mantuve en mi celular casi tres años antes de desinstalarlo. Pero Go no estaba dirigido a mí, sino a un público algo más elusivo y dispuesto a desembolsar dinero en pequeñas cantidades de manera constante: los gamers de celular. Instalar y jugar Go es gratis pero la aplicación incluye una tienda que da cierta ventajas sin ser injustas para aquellos que se mantienen sin gastar. En 2020 se reportó que Go generó más de 4.2 billones de dólares cuatro años y ni la pandemia del covid-19 le hizo tanto daño porque Niantic adaptó Go para que se pudiera disfrutar sin salir de casa. Este éxito se debe a la mezcla de un recuerdo de la juventud, una franquicia ampliamente reconocida y con aplicación en el Mundo Real®. Salir con Go, caminar por las calles que siempre hemos caminando y encontrar aunque sea otro Geodude en una poképarada con el nombre “grafiti en la pared” o “árbol torcido” era realmente mágico porque hacía ver el mundo a mi alrededor una vez más. No importa qué tan básico o cuán frustrante pudiera ser Go, me hizo caminar y reconocer un mundo del que me sentí parte, uno donde era ligeramente más cómodo ser yo. 

 

023 Ekans 

Al terminar mis estudios universitarios en literatura nunca quise ser maestro pokémon; en cambio, me enfoqué para dedicarme al mundo editorial incluso desde antes de empezar mis trabajos formales. No sé cómo es que en esas oficinas termino siendo el Pokéxperto. Para mí es obvio pero no sé cómo los demás se dan cuenta porque no soy alguien que predique en voz alta sobre mis gustos, mucho menos a personas con las que trabajo. De alguna manera siempre se sabe, el rumor siempre corre y supongo que las tarjetas de Pokémon que suelen adornar mi escritorio me delatan. Así llegó a mí un libro sobre Pokémon que venía desde España para su distribución en América Latina. Se suponía que tenía que verificar sólo unos datos en página legal pero me puse a leerlo y descubrí que los nombres propios del anime estaban localizados al español de España. Tras informarlo, me pidieron hacer la revisión técnica y fue un proceso mucho más laborioso que duró al menos dos meses en algo que en teoría debió tomarme apenas cinco minutos. Algunas veces pensé que de no haber sido por mí no se habrían detenido y los niños de Latinoamérica habrían gastado sus ahorros para comprar un libro que no era para ellos. No sé si los niños tienen ahorros, pero de haber sido mi caso, yo me enojaría y me entristecería. Ese pensamiento de no decepcionar a mi niño interno fue la única motivación a no rendirme ni estresarme en aquellas semanas en las que el trabajo se me acumulaba. Meses después escuché que en una junta en la que no estuve dijeron que yo “había salvado Pokémon”.

 

024 Arbok

Blue (1998) cuando tenía ocho años y mi familia estaba cayéndose.

Gold (2000) a mis diez en un cartucho pirata, mi papá me lo regaló aunque él ya no estaba en casa. 

Ruby (2003) en el Topaz blanco de Heber, afuera de un templo. Bicho tenía Sapphire. En la escuela aún había personas que jugaban pero cada vez eran menos. Muchos me hacían bullying no sólo por Pokémon pero no creo que haya ayudado. 

Diamond (2007) al entrar en la preparatoria, ya nadie en mi escuela tenía Nintendo DS. 

Black (2011)  fue el único que no jugué en su momento. Estaba en la universidad y no tenía dinero para comprarlo. Pude conseguirlo usado en 2019. 

Y (2013) en mi primer año de vida laboral y el último en casa de mi mamá.

Sun (2016) el mismo año que salió Go. Tenía mucha sed de jugar la experiencia completa. 

Shield (2019) en la sala de espera del consultorio de mi exterapeuta. 

 

025 Pikachu 

Bicho y yo acabábamos de ver el primer episodio de Pokémon cuando mi mamá nos compró unos juguetes en la Comercial Mexicana. Yo no recuerdo cuál elegí pero Bicho agarró un Golem. En ese momento no sabía que todo pokémon era el favorito de alguien, ni mucho menos que ese recuerdo se quedaría para siempre en mí. Mi mamá me dio Pokémon Blue, lo terminé y ella hizo lo mismo, pero con mi papá. Sé con bastante certeza que de no ser por esto mi vida sería completamente diferente, pues no se desencadenarían una serie de eventos que marcarían mi historia personal, familiar y laboral. Escribo esto y volteo a ver mi librero en el que lo más alto hay dos figuras de Pikachu, el número 25. No sé en qué momento pasaron veinticinco años ni mucho menos sé qué me espera. Me da miedo el futuro, siempre temo al escribir, pero esto es lo que elijo: seguiré jugando Pokémon. 

 

NOTAS:

1.-  “Pokémon”, en cursivas, cuando se refiere a la serie o a un videojuego en particular. Ejemplo: Mi hermano y yo vimos el primer episodio de Pokémon.

“Pokémon”, en redondas y mayúscula, cuando se refiere a la franquicia. Ejemplo: De Pokémon prefiero los videojuegos.  

“pokémon”, en minúscula, cuando me refiero a la criatura (su plural sería “pokémones”). Ejemplo: Mi primer pokémon fue un Squirtle. 

2.-  Tiempo después me enteré de que el ave era Ho-Oh, un pokémon legendario que estaba en la portada de Gold, la secuela del primer juego. Al momento de la emisión de ese primer episodio Ho-Oh aún no había sido revelado: para fans que ya conocían el juego, ver ese primer episodio del anime  fue dar una probada a lo que estaba por venir. Ho-Oh también fue el primer “nuevo pokémon” revelado con anticipación en el anime en vez de los videojuegos.

3.-  El sitio web Smogon es la meca de base de datos especializada en las partes competitivas de Pokémon.

4.-  A la fecha existen 124 juegos de Pokémon. La serie principal tiene ocho entregas (generaciones, cada una con su respectiva segunda o tercera versión). El resto de los juegos son spin-offs que a veces tienen sus propias secuelas. Entre los más relevantes están Pokémon Snap, Pokémon Go y las series Pokémon Stadium y Pokémon Mystery Dungeon.

5.-  MissingNo. (de “Missing Number”; “Número no encontrado”) es un error dentro del primer juego de Pokémon. Tras una serie de sucesos ejecutados en un orden específico, se podía generar el glitch en forma de un pokémon salvaje llamado MissingNo., que podía ser capturado como cualquier otra criatura del juego (su número en el Pokédex es el 000). El glitch hacía que el juego presentara anomalías audiovisuales y cambiaba algunos datos del juego. Sin tener el acceso que tenemos hoy a internet, este error se popularizó y se creía que era en realidad un “truco”, una función que permitía la clonación de objetos únicos o raros dentro del juego, lo cual daba ventaja considerable. A través de sus medios oficiales de comunicación, Nintendo confirmó la existencia del glitch y advirtió que la aparición de MissingNo. podía dañar irreparablemente la memoria del juego.

Squirtle
Trabajo de POKÉSHINE.ART

 

Joaquín Guillén Márquez (Nezahualcóyotl, 1990) fue editor en las revistas Cuadrivio y Tierra Adentro y actualmente trabaja en el departamento de cuidado editorial de Penguin Random House. Textos suyos han aparecido en La Jornada Semanal, Nexos, Punto en Línea y Hermano Cerdo.

Ilustraciones de POKÉSHINE.ART Instagram: @pokeshine.art Aquí sus redes y trabajo: https://linktr.ee/pokeshine.art

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