resistencia
oye
y si
no hacemos un podcast ?
hay que no hacer una revista—
no reseñar en el goodreads
no poner stories de lo que leímos
hay que no empezar un canal
para no hablar de cine
ni recomendar discos
hay que no iniciar un taller
y no contarnos nunca
nuestros peores cuentos
piénsalo we
yo no te daré clase
y tú no harás como que te interesa
y mi diploma estará en el cajón
y tú no querrás ser mi adjunto
y cada uno de tus versos medirá
lo que se te hinche el huevo
y nadie nos publicará
mucho menos nosotros
en las editoriales que nunca fundamos
saldremos a la calle
a ver crecer el pasto
sin tomar ni una foto
no grabaremos reels del pájaro
que vimos en el parque
amenizados con rolas de Eno—
no haremos contenido
ni contendremos nada
y cuando nos enseñen un meme
en el teléfono
estaremos confundidos
y los amigos se confundirán de nosotros
y pasarán de nosotros—
podremos entrar al olvido
polvo incoloro sin foto de perfil
fuera del timeline
sin linktree
sin tiktok
sin app store
viendo en el cielo nada más que el cielo
sin frases mamadoras
ni oportunidades
de parecer cultos
quizás entonces nos llegue esa cosa
esa cosa
el principio de una idea
ruina
por siempre estamos desapareciendo
siempre ocultándonos entre la bruma
deshilvanados o extinguidos o raídos
por animales de algún bosque espeso
a cada día nos vamos yendo de otro sitio
de otro relato o de otro buen recuerdo
emborronados o exiliados u olvidados
por amigos que hicimos en algún desierto
y así quedamos poco a poco recubiertos
del musgo y de la herrumbre de lo que no es
de lo que fue pero que ya no importa
hechos secretos otra vez unos de otros
hasta perder los rostros la definición
bestias extrañas de pasados incompletos
que hora con hora se hacen más ajenos
petrificados como efigies sumergidas
bajo de un lago que se ve en un mapa
pero que ya no se visita nunca
capitalismo temprano [traducción]
están mejorando la almohada
con la que
te sofocan
ahora te pone música
y te muestra fotos
-Joe Wenderoth
raro
dicen que la poesía
es como un hombre en llamas
que corre a gran velocidad
por los pasillos de una casa
—qué raro—
para mí es más como escribir palabras
en una hoja de word
y darles enter
Balada del autor millenial
Yo quería escribir un libro,
no dar cursos de redacción por zoom,
no tener que mostrar mi activismo
cada que alguien se enoja en tuiter,
no pretender ante un puño de extraños,
pixeles muertos frente a una webcam,
que sé cómo ayudarlos a escribir un cuento,
no retuitear todas las novedades
de la editorial que fundó un dizque amigo,
no sostener el templo desmembrado
de alguna vieja universidad pública
dando clases por veinte pesos y un bolillo,
definitivamente no dar un discurso
frente a sillas vacías en una plaza,
no procurar llevarme bien con diez mil gentes
de pelo cano a quienes nadie lee
para ver si me arriman una beca,
no freelancear desesperadamente
poniendo bien las comas en manuales,
no pretender que sé de lo que hablo
(nunca).
Pero creo que ya nadie necesita libros.
Basta con unas cuantas figuritas de cartón
que digan que son escritores
y que se muevan de aquí para allá
siguiendo el tintineo de las monedas
y salgan en revistas
y llenen las revistas
con reseñas de sus compas
o con slogans gringos vomitados
y eduquen a más figuritas de cartón.
Al fin tenemos una escena cultural vibrante.