Charros vs. nazis: brevísima historia de la idiosincrasia mexicana


por Alan Armas de la Rosa

Nada puede durar tanto,
no existe ningún recuerdo
por intenso que sea
que no se apague.
-Juan Rulfo, Pedro Páramo


A lo largo de los años el cine nacional nos ha ofrecido un abanico variopinto de personajes entrañables que ya forman parte del imaginario colectivo. Figuras como El Jaibo, La Manuela, o el propio Cantinflas, son ahora parte del folclor y la cultura popular del país. A esta lista, conformada en su totalidad por personajes del cine de ficción bien se podría añadir el nombre de Antolín Jiménez; miembro del ejército convencionista de Pancho Villa, maestro masón, diputado, presidente de la Asociación Nacional de Charros y fundador de “La Legión de Guerrilleros Mexicanos”; la cual, por más absurdo que parezca, pretendía detener una posible invasión nazi en territorio mexicano. Si bien esta descripción parece  sacada de alguna  novela de Ibargüengoitia, o tal vez de una tragicomedia política de Luis Estrada, por fantasioso que suene, MATRIA, del director Fernando Llanos (quien es además nieto del propio Antolín Jimenez), es precisamente todo eso. Se trata de un relato de familia, una especie de manuscrito borroso que se desdobla para repasar la historia extrañísima de su abuelo, un nombre extraviado de la revolución, cuya vida se relaciona con una serie de acontecimientos poco conocidos de  la historia de México.

El documental parte de una premisa que podría parecer sencilla, pero basta con entender el trasfondo familiar y político para darnos cuenta de que el conflicto no se limita a ser una mera exploración de un episodio nebuloso en la memoria nacional, sino que detrás de esto se desarrolla un discurso complejo y disruptivo.

La película de Fernando Llanos no es un simple artefacto retratista predispuesto por una fútil fascinación patriarcal, es en todo caso, una máquina enorme que atraviesa las más delgadas capaz de la observación, y se deslinda por completo de la idolatría, el maniqueísmo y la tradición para proponer una mirada verdaderamente atinada y mostrar con profunda honestidad el claroscuro que envuelve la realidad del fascinante sujeto documental. El realizador busca ante todo desmitificar la figura de su abuelo, para lo cual realiza una exhaustiva investigación que lo lleva a recorrer los recovecos más lóbregos de su pasado familiar, causando verdadera indignación entre su estirpe. Sin embargo, él tiene claro que su labor no es la de presentar un documento simplón dedicado a enaltecer la heroica leyenda de un prócer patriota; y éste es sin lugar a dudas uno de los puntos imperantes para comprender que el valor del documental radica en ese enfrentamiento continuo con la historia misma, una lucha implacable contra el conservadurismo, el adoctrinamiento, el nepotismo y la corrupción, para convertirse entonces en una revolución misma, ya que la película de Fernando Llanos es primordialmente una declaración de principios.

Hay que aclarar que MATRIA narra una visión unilateral de la  historia, la de los reivindicados por la revolución, aquellos que pasaron a conformar la flor y nata de la sociedad, ocupando un lugar privilegiado en el siempre dudoso recinto de la opulencia política. El paso de Antolín Jiménez por diferentes instituciones y aquello que podríamos llamar su ascenso y ocaso reflejan con suma claridad las consecuencias y el deterioro del sistema político y social contemporáneo. 

Mientras transcurre este ensayo documental, el director plantea una pregunta contundente que funciona como eje central de su trabajo de investigación: “¿Qué sucede cuando desenmarañamos la historia?”; pregunta que seguramente resonará a lo largo de 62 minutos en la cabeza del espectador y que difícilmente se quitara de encima. Para el realizador, este ejercicio de indagación se convierte en un constante llamado a la censura y al sometimiento, y cuya postura contestataria desata un caos generalizado, pero su visión y compromiso son claros, y nos recuerda que rebuscar en nuestra historia siempre será como abrir la caja de Pandora.

Al igual que la masonería, MATRIA es un microcosmos que  encierra numerosos secretos e información, un signo misterioso que guarda una verdad desconocida.

Para el director, esta búsqueda se transforma en una travesía que nos invita a recorrer junto a él, un viaje sin destino ni retorno por los parajes más oscuros y enigmáticos de la historia, en dónde se concentran los fantasmas hostiles de la memoria.

De cualquier forma, de todos los posibles y extraños hubieras que la historia nos ofrece, sin lugar a dudas, un enfrentamiento entre charros y nazis nos sigue pareciendo una fábula absurda y surrealista.


MATRIA
Dirección: Fernando Llanos
Año: 2014


Alan Armas de la Rosa (1991, México, D.F.) Es escritor y artista audiovisual. Colabora ocasionalmente en la Revista Marabunta. Su trabajo en cine ha formado parte de diferentes muestras y selecciones nacionales e internacionales de cine experimental

Arte: Fernando Llanos, Charro contra nazi (2012)

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